Te invitamos a leer la columna de opinión a cargo de Gina Huamán, Presidenta y fundadora de WIAS
El sector automotor atraviesa una transformación estructural sin precedentes. La digitalización, la eficiencia energética y la transición hacia tecnologías limpias han situado la sostenibilidad en el centro de la innovación y la competitividad. Ya no se trata de una tendencia, sino de un requisito técnico, ético y estratégico para garantizar la evolución responsable de la movilidad.
Sin embargo, el cambio que vive la industria automotora no se limita al tipo de motor. Implica repensar por completo el ecosistema: desde los procesos de fabricación y el consumo energético, hasta la gestión inteligente de los recursos. En este nuevo paradigma, los vehículos híbridos y eléctricos, la movilidad compartida y la optimización energética son expresiones concretas de un mismo propósito: avanzar hacia un modelo de transporte más limpio, eficiente y sobre todo humano.
Es alentador observar que la compra de vehículos híbridos crece año tras año, reflejo de una mayor sensibilidad ambiental y compromiso social. No obstante, la sostenibilidad no puede quedarse en la emoción; debe sustentarse en datos, conocimiento técnico y evidencias reales de impacto. En términos medioambientales, las mejoras en emisiones dependen directamente de la sostenibilidad de la fabricación, la fuente de energía utilizada y el grado de electrificación del vehículo. Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), los modelos eléctricos e híbridos enchufables pueden reducir hasta un 70% las emisiones de CO₂ en todo su ciclo de vida respecto a los motores tradicionales. Además, los vehículos totalmente eléctricos presentan una reducción de emisiones superior al 40% en comparación con los híbridos convencionales.
Pero el desafío va más allá. La verdadera movilidad sostenible requiere un enfoque integral que equilibre sus tres dimensiones: la medioambiental, la económica y la social. Solo así podremos construir un sistema de transporte que no solo reduzca su huella ecológica, sino que también genere valor transversal y duradero. Cada decisión estratégica debe acompañarse de una visión ética y humana.
A partir de este enfoque integral y comprometidas con el desarrollo sostenible, desde WIAS (Women in Automotive Sector) trabajamos alineando nuestras acciones con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas:
Nuestro propósito es claro: potenciar capacidades, reducir desigualdades y acelerar la innovación, situando a las personas en el centro del cambio sostenible. El liderazgo femenino que promovemos —sustentado en el servicio, la empatía y las acciones concretas— es una pieza clave para avanzar hacia la nueva cultura automotriz que deseamos impulsar: un sector más inclusivo, humano y verdaderamente responsable.
Si algo nos enseña esta nueva era del automóvil, es que la rentabilidad no debe ser el punto de partida, sino la consecuencia natural de hacer bien las cosas. La movilidad sostenible del futuro se construye hoy, con cada decisión. Y depende de nosotros definir la velocidad —y la dirección— de ese cambio.
“Necesitamos una Transición Automotriz Responsable: Personas, Planeta y Acción.”